Para ella el amor sólo existía,
en esas historias traídas de los
cuentos de Adas...
Para ella el romanticismo,
no era más que cinismo,
hecho canción o poema
de algo que no existía.
Hasta que un día,
de una forma tan inesperada,
una mano le apretó el corazón
y sin la menor precaución
le cambió su mundo.
Ahora las canciones que antes,
no le dijeron nada, la hacían
llorar de emoción...
Ahora era ella quien escribiría
su propia historia de amor
y se decía, que no lo perdería
por miedo o cobardía...
Porque en el encontró el amor,
que espero toda su vida.
A fuerza de costumbre,
aprendió a vivir resignada,
sin esperar de la vida nada,
que no fuera lo establecido,
con lo que por obligación
se había comprometido.
Sus días eran grises,
sin mayores matices,
que los que pinta la rutina;
pero ese día en su horizonte
se puso el sol y con claridad
pudo ver que aquello no era vida,
más bien entregarse sin amor,
era como propinarse una herida.
Pero ahora tenía el coraje
para luchar y salir a conquistar,
lo que realmente quería...
Ahora le sobraban razones,
pues lo que sentía era algo más
que puras emociones.
Soñaba con sus besos y caricias
y solo de imaginarlo se estremecía,
es que ahora quería, besar y volar,
hacer el amor con amor y que el
le escribiera versos sobre la piel.
Ahora ya no se conformaba,
con ser lo que la costumbre le decía,
ahora quería darle rienda suelta,
a eso que desde niña sentía
en su corazón, quería escribir
su propia historia.
Oxwell L’bu copyrights 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario