A esos cómplices de la vida...
A quien evocamos cuando recordamos
nuestros juegos infantiles y travesuras,
quien fue nuestro cómplice en esas primeras escapadas
para visitar a la chica que nuestros sentimientos despertaba;
quien nos acompañó cuando el exceso de entusiasmo
nos humilló y quien celebró nuestras victorias...
Quien nos tendió la mano y minimizó nuestro fracaso
y en medio del dolor, el lo mitigo con un abrazo;
quien sigue aguantando y tolerando incluso esas cosas
de las que solo uno no se da cuenta...
Quien sino el AMIGO.
Por eso un amigo es un verdadero cómplice en la vida,
se la juega con uno y apuesta por uno...
Si, tener un amigo es una gran bendición
pues sin ser familiar, el ha estado en nuestro
recorrido por la vida, en las buenas y en las malas
en las alegrías y tristezas, en las celebraciones
y lamentaciones, a sido un rayito de esperanza
y es seguro que si partimos antes que el,
nos acompañará en ese camino a la eternidad.
Por eso a mis amigos les adeudo para siempre,
gracias por el regalo de su amistad....