“Celos entre musas”
Cuando uno se pone a pensar
en lo que pudiera plasmar,
en un lienzo, en un papel,
en un pentagrama, en una espacio,
en un corazón o en una piel.
Uno se queda pasmado,
al darse cuenta que sólo pertrechos
han dejado, aquellos que en el pasado,
la inspiración han acaparado.
Y uno se da cuenta, qué hay muy poco,
que se pueda, pintar, escribir o esculpir,
sin que parezca una copia o evoque,
el arte magistral de otros.
Hay quienes se ponen a hacer cosas
que llaman abstractas, sin pies ni cabeza,
para que al menos despierte sorpresa,
pero carece de la majestuosa belleza.
Hay quienes, recurren al lenguaje
profano y vulgar, y a pura percusión,
escriben algo que llaman canción,
con toques publicitarios y comerciales,
que los posiciona en los medios.
Medios que sin más remedio,
les dan difusión, porque generan
ganancias, aunque el arte,
se quede con las ansias.
Hay otros que copian y lo modifican
un poco, para cubrir la originalidad,
que no se presta para tal complicidad,
porque lo genuino y original no tiene sin igual.
Y entonces surgen los celos profesionales,
que desde siempre han existido;
pero en el pasado les provocaba inspiración,
ahora al parecer solo repetición.
Si hay celos por lo logrado,
por lo que no se ha plasmado
y por lo que ha otros las musas
le han inspiraron…
Hay celos, que son creativos
y otros destructivos.
Hay celos por esas musas,
que se enamoran,
de aquellos que otras ignoran.
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#Elarte
