Una pareja en su plena madures, se acarician con la
mirada, ella suspira y le dice: Tu eres la estrella de mis noches y el sol de
mi amanecer. El la mira con ternura,
toma su mano y le dice: tu para mi eres
la renovación de mi pasión, pues eres como el viagra de mis noches y mis
amaneceres…
Esa que rema sin descansar
entre las violentas olas del
del desaliento y la desilusión.
Esa a la que ningún poeta
le rinde sus versos o un
cantor le hace una canción.
Pero que es portadora de ese
aliento divino e inmortal,
esa que todos los días se juega
la vida para sobrevivir y poner
un plato de comida sobre la meza.
Esa que no puede darse el lujo
de sentirse enferma o con pereza,
esa para la que todos los días son
iguales de trabajo y cansancio…
en sus ojos aun persiste aun que
se vea triste y con los ojos poblados
de ojeras…
Esa que es como la Madre de Dios,
madre y esposa de obreros a quienes
ella sirve…
A esa madre a la que quizás hasta
los propios hijos han olvidado,
o a los que ella sobre poniéndose
a los murmullos de la gente va a
visitar en una prisión.
A esa a la que nunca la llenaron de
honores y reconocimientos,
a esa quiero decirle que ella
es como un beso de Dios.Esa de mirar altivo y cuya dulzura
en sus ojos aun persiste aun que
se vea triste y con los ojos poblados
de ojeras…
Esa que es como la Madre de Dios,
madre y esposa de obreros a quienes
ella sirve…
A esa madre a la que quizás hasta
los propios hijos han olvidado,
o a los que ella sobre poniéndose
a los murmullos de la gente va a
visitar en una prisión.
A esa a la que nunca la llenaron de
honores y reconocimientos,
a esa quiero decirle que ella
es como un beso de Dios.Esa de mirar altivo y cuya dulzura
en sus ojos aun persiste aun que
se vea triste y con los ojos poblados
de ojeras…
Esa que es como la Madre de Dios,
madre y esposa de obreros a quienes
ella sirve…
A esa madre a la que quizás hasta
los propios hijos han olvidado,
o a los que ella sobre poniéndose
a los murmullos de la gente va a
visitar en una prisión.
A esa a la que nunca la llenaron de
honores y reconocimientos,
a esa quiero decirle que ella
es como un beso de Dios.Esa de mirar altivo y cuya dulzura
en sus ojos aun persiste aun que
se vea triste y con los ojos poblados
de ojeras…
Esa que es como la Madre de Dios,
madre y esposa de obreros a quienes
ella sirve…
A esa madre a la que quizás hasta
los propios hijos han olvidado,
o a los que ella sobre poniéndose
a los murmullos de la gente va a
visitar en una prisión.
A esa a la que nunca la llenaron de
honores y reconocimientos,
a esa quiero decirle que ella
es como un beso de Dios.Oxwell L’bu Copyright ©2012