Tic tac, tic tac, el viejo reloj aun camina en cámara lenta y se a rezagado, una hora, dos horas, un día, dos días y eso que importa si se canso de seguir el paso inexorable del tiempo, se insubordino y renuncio a quedar obsoleto o a expirar… Yo sigo su compas viendo caer noche tras noche, mandando al carajo tanto auto reproché por los errores que cometí. Con la complicidad de la fantasía e construido una utopía, donde mis errores son los escalones de una escalera que me permite tocar el cielo
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