“Primer ensayo”
( Contemplaciones)
No, no soy de los que viven encerrados pero si distraídos, por ese detalle, de que las musas siempre me andan susurrando, versos descuidados y chismes ignorados.
Verá usted, que como un lobo salí de mi guarida, a contemplar la vida, pero esas flores se atravesaron, sin saber lo que provocaron en mi… Y no miento cuando digo, que salí al encuentro con la vida, pues la vida para un hombre, siempre, siempre es una mujer.
Verá! Estaba en eso de la contemplación, cuando una mujer apareció y me miró, como si yo, fuera un bicho raro, sería quizás porque andaba sin celular. Luego otra de mediana edad(y estatura) pasó y empezó a hacer ascos, como si oliera a mierda, por lo que miré a mi alrededor, pero no vi nada…
Estaba a punto de sacar, mi semanario de bolsillo(uno que guardó cuál reliquia) cuando vi a dos señoritas que sin deshojar margaritas, caminaban presurosas y sin temor a equivocarme, creo que una de ella andaba en su periodo y tuvo un accidente, porque llevaba el suéter arremangado a la cintura y quizás la otra criatura andaba en lo mismo, pues cuando las mujeres realmente son amigas, sincronizan sus relojes biológicos.
Yo seguía allí, con mi cara de loco benigno, cuando una mujer vestida de rojo pasó cerca y sentí el delicioso aroma de su perfume y pensé para mis adentros: A la de rojo me la cojo… Menos mal ella no adivino mis pensamientos.
Apuntó estaba de pararme y largarme, cuando una mujer de esas que levantan polvo al andar, en la misma banca se hizo lugar. Por un momento me sentí afortunado y casi me sale lo atrevido, pero en eso se apareció el novio y mi atrevimiento, no miento! Escondió la cabeza como una avestruz.
Luego escuché la voz de una mujer, que no paraba de hablar, por su celular, de esas que mueven las manos al hablar, pero más las nalgas al andar.
Créame que yo solo quería contemplar la vida, pero la vida se reía de mí, mirándome cuál soñador que se ha estrellado.
Oxwell L’bu