“En diciembre, tenias que nacer…”
En diciembre
tenias que nacer,
bendita mujer
para traer la primavera
en pleno invierno.
Para ponerle esa
magia a mis días,
para encender las
luces de mi alma
y esa ilusión en
mi corazón.
No sé, si eres
un demonio en el cielo,
o un ángel en el infierno,
pero eres mi calma
y mi tormento.
Labios de tulipán,
pechos de girasol,
mejillas de flor de pascua,
caderas de girasol,
sexo de rosa.
Sensualidad primorosa,
manos frías,
pies helados,
sudores salados,
huellas de gloria
y pecado de nuestros
encuentros furtivos.
En diciembre tenías
que nacer,
bendita mujer,
para gustarme tanto,
para enamorarme
con ese encanto.
Diciembre mes
de la Inmaculada,
cuando la luna,
se pinta dorada
y la nieve helada,
se derrite al tocar
tu piel.
Fuiste concebida
en la primavera,
un suspiró de amor,
un gemido, un temblor.
Por eso eres así:
De sentimiento explosivo,
de ternura infinita
y tú amor nunca se
marchita.
Eres flor de diciembre,
suspiró de estrella,
tu cuerpo abrigo en
el frió y tu alma
luz en la obscuridad.
Es que tu mirada
es como lucecitas
de color…
y tu sonrisa una fiesta,
tu aroma a popurrí de pino,
eres el vino que apaga
mi sed.
En diciembre tenias
que nacer,
bendita mujer…
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#diciembre