quisiera volar, sin saber
cómo aparentar
que esta sola.
Me ha observado
más de lo normal,
eso en ella no es natural,
porque siempre anda
con prisas.
Al verse por mi sorprendida,
huyó como presa herida
y en la prosa se se le
rompió el tacón
de su zapato.
El destino ingrato,
la detuvo por un rato
y un gato se paseó
entre sus piernas;
ella sin saber que hacer.
Yo me acerqué para
ofrécele ayuda,
pero fue tan grande
su locura, que me grito:
No te acerques!
Luego se puso a llorar,
yo la quise consolar,
pero el garo de pronto
me quiso atacar.
Ella, ya no supe
que decir,
solo me pidió
que alejará al gato,
más el como garabato,
me amenazo,
entonces ella a mi se abrazó
Luego de un rato
se calmo y me agradeció,
yo caballeroso me
ofrecí a acompañarla.
Y así empezó aquella
charla, que hoy me tiene aquí,
frente a su portal,
con un ramillete de
tulipanes.
El gato me ve de reojo,
sus celos son evidentes
y como no
giba a hacer así,
si yo la conquiste,
cuando lo espante
y le sonreí.
Oxwell L’bu copyrights 2024
#gato
#orgullosa