Aquel niño seguía tirando piedras
con tal insistencia…
Que el viejo perdió la paciencia
y lo reprendió.
...
Le dijo: Tirándole piedras al cielo
que pretendes lograr…
Pues a pedradas una estrella nunca
puedes bajar y aun que la luna parece
un espejo jamás la romperás.
El niños se quedo callado y continuo
su faena…
El viejo se ofendió porque el patojo
lo ignoro y de alguna forma lo desafió.
¡No escuchaste lo que te dije!
¡Sí! El patojo le replico,
entonces porque continuas
y eres tan necio.
El viejo lo vio con despreció
y desaprobación…
Entonces el patojo le respondió.
Sabe usted, ve las cosas con los
anteojos de su experiencia,
quizás necesite quitárselos
y ponerse colirio en los ojos.
Pues cada vez que usted pretendió
alcanzar algo que “Los demás”
consideraron imposible usted renuncio.
Y la fe exige determinación,
no es un sillón donde descansar,
si no un camino que nos desafía
a cada paso.
La fe no es una actitud positiva,
con adornos de superación…
Es una vocación a la que
el hombre se tiene que abrazar,
a la que se debe de aferrar.
La fe no nace en un momento
de emoción…
Ni es el fruto que se obtiene
después de un discurso.
La fe es navegar aun parezca
una barca sin avanzar;
“La fe no busca alcanzar una meta
si no recorrer un camino.”
Yo tiro piedras y usted lo encuentra
sin sentido y carente de razón,
Pero si usted supiera de la determinación
en mi corazón no haría falta ninguna
explicación.
Oxwell L’bu
Imagen: Internet
