Sin pensarlo dos veces, rompió la alcancía y tomo con sus dos manos las monedas que había ahorrado por un año, sin contarlas… Salió presuroso rumbo a la florería, para comprarle el arreglo mas bello a su doncella, pero conforme contaba las monedas frente al mostrador se le despenicaban las ilusiones…Finalmente se robo una rosa de un jardín, le hizo una tarjetita con papel calco y la invito a un helado, ella con una lagrima en los ojos lo beso y aquel detalle nunca lo olvido, porque esas son las pequeñas cosas que hacen un gran AMOR.
Oxwell L’bu copyright2014
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