En el altar de nuestros amores… Una luz iluminaba en medio de la penumbra, era tu presencia… La cual ponía al descubierto, tus encantos, tu belleza y ponía al descubierto la pureza de tu alma. Te bese como si fuera mi primer beso, pero esta vez poniendo más que ilusión el corazón…Te acaricie poco a poco, sin prisas, sintiendo palmo a palmo la tersura de tu piel… Te ame como nunca había amado, con esas ansias del adolecente, con el vigor de la juventud y la maestría que da la madurez.
Oxwell L’bu copyright2014
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