***Odisea azul***
Dejo de pisar las flores,
que no veía en sus prisas…
Dejo de ser ese ciego
que mirando no miro.
Aquel día cuando se percato,
que no será eterno, de su finites,
aun sabe que ha sido destinado
para la eternidad.
Se dio cuenta que la lluvia,
es el preámbulo del arco iris
que las nubes grises no son mas,
que dibujos victimas del borrador.
Reconciliado con la vida,
en paz consigo mismo,
empezó aquella odisea,
cuyo destino no es un lugar.
Se hizo amigo de las estrellas,
se hermano con la naturaleza,
se hizo un enamorado contemplador
y descubrió que en todo hay amor.
Fue siguiendo las huellas que
el tiempo se encarga de borrar,
desde el mismo momento en
que nació.
Para impedirle recordar,
de dónde viene,
pues al final es a donde
el regresara.
Se lleno los ojos de paisaje,
los oídos con la música,
de los gemidos inefables
de todo lo que respira.
Se fue extasiando con el aroma
de las flores, los pino y los bosques,
cuando de repente lo envolvió,
una nube azul que se lo llevo.
Transportándolo a un lugar,
de un mundo que conocía,
pero que aun no descubría,
porque paso sin contemplarlo.
Descubrió el misterio del porque,
los pájaros inmigran recorriendo,
enormes distancias y que la razón
es mas allá de la búsqueda de alimento.
Que el equilibrio de la vida,
lo mantiene la naturaleza,
a pesar de nuestra irreverencia
y torpeza…
Viajando en ese nube,
escucho música que no
puede ser escrita con el do, re,
mi, fa, sol ni en un pentagrama.
Le fueron recitados los versos,
más inefables que no pueden,
ser escritos con palabras,
ni ser contenidos en frase.
Descubrió que en todo hay poesía,
porque este universo es una sucesión
de suspiros convertidos en versos,
infinitos con vida propia.
Descubrió que la belleza,
va más allá de las formas,
las apariencias y colores,
porque vemos sin mirar.
En su odisea azul,
las gotas de lluvia fueron,
como colirio para los ojos
y su agua el bautismo.
Bautismo que lo hermano
con el universo,
es por eso que le dicta versos,
cada vez que cae la tarde.
Oxwell L’bu Copyright ©2012
