Mientras la pluma agonizaba, el tintero la contemplaba, con una tristeza de muerte...Pues sabía que ya no la besaría y que ya nadie mas bebería de su fuente y se embriagaría de felicidad, nadie mas volvería ha sentir esos arrebatos sublimes, cuando le hacía el amor, los cuales llevaron a escribir versos que tocaban el alma...El tintero lo sabía, que tarde o temprano, también sucumbiría, pues sin la pluma que es un tintero, que no se puede usar ni de cenicero, que guarde las cenizas de la inspiración.
Oxwell L'Bu copyright 2015
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