Llevo el vino eterno de tus besos
en mi boca y en mis labios el sello
que dejaste, la última vez que me besaste.
El aroma de tu aliento de vez en vez
llega como un rayo a mi cerebro
y me da por buscar algo que me hable de ti,
algo que me haga saber que aquel amor,
no fue un sueño.
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