“En el corazón del hombre”
El amor es una tontería,
pura cursilería,
es para los débiles,
para los que se quieren
amarar pudiendo volar.
Singulares expresiones,
de quien a un no ha sido
tocado por ese inefable
sentimiento, que anula
los teoremas y cambia
los esquemas.
Hasta que un día,
una mirada, una sonrisa
o ese “No se que”
le pone el mundo
al revés y se transforma
en un gato enamorado
de la luna.
A quien no le importa,
si llueve, si hace frió
o hay cosas importantes
que atender, pues lo más
importante es esa mujer.
Y allí se le ve esperando
verla pasar…
Es como un devoto frente
al altar…
Es como un científico,
que se olvida incluso
de comer, para poder
descifrar el enigma
que tiene frente de si.
Cuando el corazón de un
hombre se enamora,
se ensaya de poeta,
se ensaya de cantor,
para cantarle a esa amor.
Todo eso debido a ese
inefable sentimiento,
que es alegría, que es
tormento…
Y se convierte en la mayor
razón de su existencia,
cuando cobra conciencia,
de que sin amor, esta vida
no es vida, pues tarde
o temprano cicatriza,
la herida.
Porque nada duele más
que la soledad sin la esperanza
de la grata compañía,
esa que trae inmensurable
alegría.
Nada marchita la existencia,
ni siquiera la vejez,
sino el no haber vivido la
primavera de ese bello
sentimiento.
Pues por nada se aferra
el hombre
tanto a la vida,
sino por ese ser que el verbo
del amor conjuga con su
nombre de mujer.
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#enamorado
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