Su caminado sensual despertó
los celos de la luna,
el mar con su espuma,
parecía celebrar su gracia
al caminar...
Yo la abracé porque las olas
Se la querían llevar,
quien sabe si para convertirla en sirena,
pues enloqueció al ver su piel morena.
Subió la marea de repente,
ella se asustó y me beso,
entonces sentimos como
la marea en nuestras venas
también se alteró ...
Sería el efecto de los celos
de la luna o su belleza
tan singular que provoca
volverla a besar.
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