Desde que nacemos traemos
fecha de caducacion
y nos guste o no empezamos
ese proceso sin retroceso,
el de envejecer.
Nos lleva mucho tiempo
adquirir una pizca de sabiduría
y nuestro lento aprendizaje
se ve truncado por esa letanía
de solo repetir sin pensar.
Pero también nacemos con amor
un amor que como flor,
durante nuestra vida se va develando
y revelando lo sublime del alma...
Un amor que no tiene fecha de caducacion
que es el mayor tesoro que guarda el corazón,
porque es esa parte de lo eterno y divino
que cohabita nuestra humanidad.
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