En mi jardín de otoños de ensueño, brotó una flor, sólo una flor. ..De belleza incomparable, de encantó de subrealismo, aroma exquisito y de una delicadeza que inspira ternura.
Pense en cortarla, para conservarla en mi habitación, pero seria pecado mortal, el extirpar esa vida; entonces pensé en transplantarla a una maseta, pero aquello sería robarle su esencia y naturaleza, entonces quise rodearla de espinos, para que nadie pudiera dañarla o robarla, pero hacerlo era dañarla y robarle su libertad.
Eran tan hermosa, yo estaba anonadado, embelesado contemplandola y sin pretenderlo de ella me fui enamorando, la miraba crecer, era como ver a una niña, transformarse en mujer.
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