Es su trato amable, sus detalles cariñosos,
su entrega total y ese manantial de dulzura
ue emana de su boca y me provoca,
besarla hasta quedar sin aliento.
Mis palabras no la pueden definir, porque
ella va más allá de las definiciones y quizás
las palabras nada más son una multa,
que me ayudan a ir develando su misterio.
Porque ella es la poesía de mis versos,
la alegría de mi corazón y sino está
esa obsesión, que me hace correr a su
encuentro... Esa mujer que hasta ayer
no sabía que existía, pero mi alma la intuía,
y se lo decía a mi mente, se lo repetía a
mi corazón, porque alguien como ella
no se puede repetir, por eso cuando la vi,
senti que desde siempre la conocía.
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