Ella llevaba su aroma no solo en la piel,
lo tenía curtido en el alma;
en su pupila llevaba el brillo de su reflejo
y cuando se miraba desnuda al espejo,
descubría las huellas de sus caricias.
Su boca el elixir del amor eterno,
aunque los demás la condenan,
a las llama eternas del infierno,
Pero no saben que el amor no condena,
sino que libera....
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