Hay tantas cosas que quiero decirte,
hay tantos sentimientos que deseo expresarte,
pero a ti te vasta una mirada para desarmarme,
para provocar que caigan mis muletas
y que casi me vuelva tartamudo.
Créemelo no es inseguridad,
es más bien perderse en un
laberinto de felicidad...
Apenas ayer no sabía que existías,
pero te presentía,
apenas ayer para mi eras una extraña
y hoy entras a mi corazón,
como si fueras la dueña y señora.
Mujer, mujer es que acaso tu intuición
no te dice nada... Es acaso que no te das
cuenta que eres mi primavera y la luz
de mi amanecer, la azúcar de mi café
y el vino con el que quiero embriagarme.
Mujer, mujer si tú eres el motivo
de mi locura, de que me sirve la cordura
sino estás tú, de que me sirve ganar
el mundo si te pierdo,
sería como pretender la felicidad
en un cementerio.
Por eso me sobran los motivos
para pretenderte y si no los tuviera
los inventaría, porque he descubierto
que sin ti moraría...
Es posible que seguiría respirando,
es posible que mi corazón continúe
latiendo, pero me viviría mintiendo,
Porque sin ti la felicidad es inalcanzable
y el amor una utopía.
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