***El amor en tiempos del corona virus***
Apenas la conocía,
pero mi corazón insistía
y un día sin dudarlo,
la aborde, ella vestida
de blanco impecable
y yo de azul con celeste.
Ella, quizás sin saberlo
ya me había flechado,
aunque en el tren,
no conseguía sentarme
a su lado.
Ambos regresábamos
de trabajar, a la misma hora
con el reloj sincronizado;
yo me baja antes que ella,
pero con tal de verla
un poco más, daba la vuelta
en la ruta del tren.
Es que en verdad,
ella es preciosa
y saben una cosa,
por ella cualquier esfuerzo,
no es nada, con tal de verla
cunado anda apurada.
Hasta que un día,
el cielo se acordó de mí
y propició el pretexto,
para abordarla,
sin espantarla.
Oportunidad que pese
a mis torpezas no desaproveche,
porque el amor llega así,
solo una vez, poniendo
nuestro mundo al revés.
Fuimos amigos,
más que amigos, cómplices
y socios del mismo destino,
hasta que un día,
deje a un lado, mi cobardía
y la bese.
Desde ese día,
mi vida gira en torno a ella,
porque ella es la estrella,
al atardecer y mi sol
al amanecer.
Hasta que vino la pandemia
y ha nuestra relación,
le empezó a dar anemia;
no, no por falta de sentimientos,
sino por eso del distanciamiento
social, que llega a ser también emocional.
Ella cada día, está en el frente
de batalla, tratando de ganarle
batallas a la muerte;
yo la veo exhausta y cansada,
pero su espíritu es inquebrantable.
Mi admiración hacia ella,
ha aumentado y mi amor
más aún...
Pero mira que es difícil manejar
esta situación,
verla a la distancia,
sin poderla abraza
y menos besar,
porque de ese virus
desalmado,
no me quieres contagiar.
Yo sabré esperar,
por ahora la acariciaré
con la mirada y le haré
sentir qué hay alguien
que la está esperando,
sin importar hasta cuándo.
Oxwell L’bu copyrights 2010
#amorentiemposdelcoronavirus
#cuarentena
#coronavirus
#pamdemia
Apenas la conocía,
pero mi corazón insistía
y un día sin dudarlo,
la aborde, ella vestida
de blanco impecable
y yo de azul con celeste.
Ella, quizás sin saberlo
ya me había flechado,
aunque en el tren,
no conseguía sentarme
a su lado.
Ambos regresábamos
de trabajar, a la misma hora
con el reloj sincronizado;
yo me baja antes que ella,
pero con tal de verla
un poco más, daba la vuelta
en la ruta del tren.
Es que en verdad,
ella es preciosa
y saben una cosa,
por ella cualquier esfuerzo,
no es nada, con tal de verla
cunado anda apurada.
Hasta que un día,
el cielo se acordó de mí
y propició el pretexto,
para abordarla,
sin espantarla.
Oportunidad que pese
a mis torpezas no desaproveche,
porque el amor llega así,
solo una vez, poniendo
nuestro mundo al revés.
Fuimos amigos,
más que amigos, cómplices
y socios del mismo destino,
hasta que un día,
deje a un lado, mi cobardía
y la bese.
Desde ese día,
mi vida gira en torno a ella,
porque ella es la estrella,
al atardecer y mi sol
al amanecer.
Hasta que vino la pandemia
y ha nuestra relación,
le empezó a dar anemia;
no, no por falta de sentimientos,
sino por eso del distanciamiento
social, que llega a ser también emocional.
Ella cada día, está en el frente
de batalla, tratando de ganarle
batallas a la muerte;
yo la veo exhausta y cansada,
pero su espíritu es inquebrantable.
Mi admiración hacia ella,
ha aumentado y mi amor
más aún...
Pero mira que es difícil manejar
esta situación,
verla a la distancia,
sin poderla abraza
y menos besar,
porque de ese virus
desalmado,
no me quieres contagiar.
Yo sabré esperar,
por ahora la acariciaré
con la mirada y le haré
sentir qué hay alguien
que la está esperando,
sin importar hasta cuándo.
Oxwell L’bu copyrights 2010
#amorentiemposdelcoronavirus
#cuarentena
#coronavirus
#pamdemia
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