-Yo ya no estoy para
tus cursilerías,
tus tonterías,
ni para tus escupidos
poemas de amor.
Y lo dejo allí con la
mano extendida,
con esa declaración
de amor fallida,
se fue sin voltearlo a ver,
porque si lo miraba,
sabía que nunca se iría.
tus cursilerías,
tus tonterías,
ni para tus escupidos
poemas de amor.
Y lo dejo allí con la
mano extendida,
con esa declaración
de amor fallida,
se fue sin voltearlo a ver,
porque si lo miraba,
sabía que nunca se iría.
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