***Cajita de Música***
(Tercer Movimiento)
Comprendiendo que el camino
recorrido no ha sido más que el
atajo que el destino quiso,
para ponerte frente a mí…
Voy camino a tu casa ensayando
palabras y gesticulaciones,
Como un niño temblando pero
a la vez lleno de ilusiones.
Estoy por tocar el timbre y antes
de hacerlo tú madre abre la puerta,
tú en un rincón como niña castigada.
Desde la cocina una voz ronca
pregunta por mi padre…
Yo contesto: Vengo solo…
Todo queda en un silencio que mata,
hasta que reaparece tu padre…
Yo me pongo de pie y extiendo mi mano,
luego la guardo en mi bolsillo.
El pregunta por mi apellido,
yo, ya me siento como un lobo herido,
pero estoy dispuesto a continuar.
Para aliviarla la tensión…
Tu madre se para por unos refrescos,
el me vuelve a preguntar por mi padre,
yo le digo que es imposible que me
acompañará porque nunca lo conocí.
El frunce el seño y sin más miramientos,
rompe los esquemas y me pregunta
a quema ropa, ¿Qué, que cosa buena?
A su hija le puedo ofrecer…
Como quien ha caído de sus muletas,
balbuceando trato de responder…
Y en un arranque de valentía tu le
dices: -Nos queremos papa.
Con la mirada caya tu boca,
yo aun sin reponerme del primer raund,
Le digo: Soy un hombre de bien, con
buenas intenciones…
De un golpe de palabra manda a mis
buenas intenciones de vacaciones…
Y mirándome fijamente me dice:
¡Patojo! Usted vive alucinando
y ya contagió a mi hija pero conmigo
no se va a poder…
Llega tu madre como réferi que detiene la pelea
justo cuando está a punto de noquearme,
tomo el refresco mas para ganar tiempo
y ordenar mis pensamientos…
Pero el no anda con esos miramientos
y segundos después lanza un gancho
al hígado y con la autoridad de quien ya
vivió, mas afirmando que preguntando,
lanza sus palabras al viento…
-¡Y qué carajos pueden ofrecer un
simple bachiller!
Tratando de quitarme ese golpe que dolió,
replico –Yo estoy en la universidad.
Pero eso apenas me da un respiro…
-Pues cuando termine sus estudios,
venga a platicar conmigo, que la vida
es muy larga y todo puede esperar.
Tú me miras y en total complicidad,
me permites acertar mi último golpe…
-Pues eso con todo el respeto que me
merece, no se va a poder…
Tu madre lanza un suspiro que más bien
parece un grito de auxilio…
El se planta como buen titán y me dice:
-Pues en esta casa yo, tengo la última
palabra…
Y antes que lance otro golpe a mi esquema,
rompo el protocolo y le digo:
-Pues con su consentimiento o sin él,
una criatura en su vientre ahora es el timonel.
Oxwell L'bu copyrights 2011
(Tercer Movimiento)
Comprendiendo que el camino
recorrido no ha sido más que el
atajo que el destino quiso,
para ponerte frente a mí…
Voy camino a tu casa ensayando
palabras y gesticulaciones,
Como un niño temblando pero
a la vez lleno de ilusiones.
Estoy por tocar el timbre y antes
de hacerlo tú madre abre la puerta,
tú en un rincón como niña castigada.
Desde la cocina una voz ronca
pregunta por mi padre…
Yo contesto: Vengo solo…
Todo queda en un silencio que mata,
hasta que reaparece tu padre…
Yo me pongo de pie y extiendo mi mano,
luego la guardo en mi bolsillo.
El pregunta por mi apellido,
yo, ya me siento como un lobo herido,
pero estoy dispuesto a continuar.
Para aliviarla la tensión…
Tu madre se para por unos refrescos,
el me vuelve a preguntar por mi padre,
yo le digo que es imposible que me
acompañará porque nunca lo conocí.
El frunce el seño y sin más miramientos,
rompe los esquemas y me pregunta
a quema ropa, ¿Qué, que cosa buena?
A su hija le puedo ofrecer…
Como quien ha caído de sus muletas,
balbuceando trato de responder…
Y en un arranque de valentía tu le
dices: -Nos queremos papa.
Con la mirada caya tu boca,
yo aun sin reponerme del primer raund,
Le digo: Soy un hombre de bien, con
buenas intenciones…
De un golpe de palabra manda a mis
buenas intenciones de vacaciones…
Y mirándome fijamente me dice:
¡Patojo! Usted vive alucinando
y ya contagió a mi hija pero conmigo
no se va a poder…
Llega tu madre como réferi que detiene la pelea
justo cuando está a punto de noquearme,
tomo el refresco mas para ganar tiempo
y ordenar mis pensamientos…
Pero el no anda con esos miramientos
y segundos después lanza un gancho
al hígado y con la autoridad de quien ya
vivió, mas afirmando que preguntando,
lanza sus palabras al viento…
-¡Y qué carajos pueden ofrecer un
simple bachiller!
Tratando de quitarme ese golpe que dolió,
replico –Yo estoy en la universidad.
Pero eso apenas me da un respiro…
-Pues cuando termine sus estudios,
venga a platicar conmigo, que la vida
es muy larga y todo puede esperar.
Tú me miras y en total complicidad,
me permites acertar mi último golpe…
-Pues eso con todo el respeto que me
merece, no se va a poder…
Tu madre lanza un suspiro que más bien
parece un grito de auxilio…
El se planta como buen titán y me dice:
-Pues en esta casa yo, tengo la última
palabra…
Y antes que lance otro golpe a mi esquema,
rompo el protocolo y le digo:
-Pues con su consentimiento o sin él,
una criatura en su vientre ahora es el timonel.
Oxwell L'bu copyrights 2011
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