martes, 8 de noviembre de 2016

***En El Lago Azul De Los Sueños ***

***El Lago Azul De Los Sueños***
Nos subimos a la barca dudando,
preguntándonos como dos adolescentes,
¿Si podíamos? ¿Si debíamos?
Con más preguntas que respuestas,
Abordamos la barca y nos atrevimos a soñar.

Te ayude a subir y en mi intento por empujar
la barca me moje los pies, pero viendo tus bellos
ojos pronto lo olvide...
El cielo era azul con ese aire de eternidad
te pone a pensar, que el momento
nunca terminará.

Tome los remos de la esperanza y sin prisas
nos adentramos en el lago azul de los
sueños, sueños compartidos...
Te escuche suspirar, mi ojo no conseguía
de ti apartar, la luna empezaba a observar.

Aún no caía la noche, pero la luna decidió
madrugar, pues de un amor como el nuestro
se quería contagiar, ella también se quería
enamorar.

De repente una estampida de patos la barca,
empezó a rodear y como no iba a ser así,
si transpirábamos amor, un amor que evocaba
a la primavera y que hizo florecer a las azucenas
en la rivera.

De repente una atmósfera azul nos empezó a envolver,
yo sentí mi corazón estremecer, quería sentirte mujer,
en tus brazos me quería perder e irme a cualquier lugar
del mundo y nunca más volver.

Entonces me sentí inspirado, solté los remos
Y tome tus manos...Te quería cantar o acaso recitar
los versos más bellos del mundo, esos que brotan
a golpe de corazón cuando encuentra en otro ser,
toda su razón de ser...

Vi a tus ojos lágrimas derramar, te empecé a besar
y en cada beso te daba el corazón, con la única
intención de que sintieras, cuanto te amaba
y que mi piel junto a la tuya sé desesperaba.

Entonces los grillos empezaron a afinar sus violines,
las aves interpretaban una melodía con sus flautas
y las luciérnagas azules eran como estrellas queriendo
en tu pelo tejer una diadema.

Nos subimos a la barca con la fe de dos niños,
sin mapa, sin planes, usando como brújula
ese sentimiento que era como un sarmiento
de uvas exquisitas…
Esas uvas de donde brota el vino que embriaga
al alma para siempre.

Como nunca de esa doncella me había enamorado
y me sentía tan feliz y pleno a su lado,
que hoy le daría la costilla del otro lado
al Creador para que me permitiera volver
a encontrarme con ese amor...
En el lago azul de los sueños.
Oxwell L’bu Copyright © 2016

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